LOS PRINCIPIOS OSTEOPÁTICOS
Filosofía y características de la osteopatía.
La osteopatía ofrece una amplia gama de enfoques en el mantenimiento de la salud y el manejo de la enfermedad. La osteopatía se basa en los siguientes principios para el tratamiento del paciente:
-
El ser humano es una unidad dinámica funcional, cuyo estado de salud está influenciado por el cuerpo, la mente y el espíritu;
-
El cuerpo posee mecanismos de autorregulación y autocuración natural;
-
La estructura y función están interrelacionadas en todos los niveles del cuerpo humano.
En ese marco, los osteópatas incorporan los conocimientos médicos y científicos actuales en la aplicación de los principios osteopáticos en el cuidado del paciente. Los osteópatas reconocen que los signos clínicos y los síntomas de cada paciente son las consecuencias de la interacción de muchos factores físicos y no físicos. Se hace hincapié en la interrelación dinámica de estos factores y en la importancia de la relación terapeuta-paciente en el proceso terapéutico. La forma de atención de la salud se trata de centrarse en el paciente, en lugar de centrarse en la enfermedad.
El diagnóstico estructural y el tratamiento manipulativo osteopático son los componentes esenciales de la osteopatía. El tratamiento manipulativo osteopático fue desarrollado como medio para facilitar los mecanismos normales de autorregulación/autocuración del cuerpo, abordando áreas de tensión, estrés o trastorno en el tejido, que pueden impedir los mecanismos neurales, vasculares y bioquímicos normales.
La aplicación práctica de este enfoque se basa en varios modelos de relación de la estructura-función descritos a continuación. Los osteópatas los utilizan para recopilar y estructurar la información de diagnóstico y para interpretar el significado de los hallazgos neuro-músculo-esqueléticos para la salud general del paciente. La osteopatía no se limita, por lo tanto, al diagnóstico y tratamiento de trastornos del aparato locomotor, ni hace hincapié en la alineación de las articulaciones y la evidencia radiológica de las relaciones estructurales. La osteopatía está más interesada en la forma en que la biomecánica del sistema músculo-esquelético se integra y da apoyo a la fisiología del cuerpo entero.
Aunque las técnicas manuales son utilizadas por diversas profesiones de terapias manipulativas, la única manera donde las técnicas de manipulación osteopáticas se integran en el manejo del paciente, así como la duración, frecuencia y elección de la técnica, son aspectos distintivos de la osteopatía. El tratamiento manual osteopático emplea muchos tipos de técnicas de manipulación, incluyendo la columna vertebral y las técnicas de impulso, así como las técnicas suaves.
Modelos de relación de estructura-función.
Cinco modelos principales de las relaciones estructura-función guían a los osteópatas en el enfoque del diagnóstico y tratamiento. Estos modelos se suelen usar combinados para proporcionar un marco de interpretación del significado de la disfunción somática dentro del contexto de información clínica objetiva y subjetiva. La combinación elegida se adapta al diagnóstico diferencial del paciente, a co-morbilidades, a otros regímenes terapéuticos y a la respuesta al tratamiento.
El modelo estructura-función biomecánico.
El modelo biomecánico considera al cuerpo como una integración de componentes somáticos que se relacionan como un mecanismo para la postura y el equilibrio. Los desequilibrios o el estrés dentro de este mecanismo pueden afectar la función dinámica, aumentar el gasto energético, alterar la propiocepción (el sentido propio de la posición relativa y movimiento de las partes vecinas del cuerpo), cambiar la estructura de las articulaciones, impedir la función neurovascular y alterar el metabolismo. Este modelo aplica enfoques terapéuticos, incluyendo técnicas osteopáticas manipulativas, para permitir la restauración de la postura y el equilibrio y el uso eficiente de los componentes músculo-esqueléticos.
El modelo estructura-función respiratorio / circulatorio.
El modelo respiratorio / circulatorio se interesa en el mantenimiento del entorno extracelular e intracelular a través del aporte sin restricciones de oxígeno y nutrientes, y en la eliminación de los productos de desecho celular. El estrés en los tejidos u otros factores que interfieran en el flujo o circulación de cualquier fluido corporal pueden afectar la salud de los tejidos. Este modelo aplica enfoques terapéuticos, incluyendo técnicas osteopáticas manipulativas, para hacer frente a la disfunción de la mecánica respiratoria, la circulación y el flujo de los fluidos corporales.
El modelo estructura-función neurológico.
El modelo neurológico considera la influencia de la facilitación espinal, la función propioceptiva, el sistema nervioso autónomo y la actividad de los nociceptores (las fibras del dolor) en la función de la red inmune neuroendocrina. La relación entre los sistemas somático y visceral (autónomo) es de particular importancia.
Este modelo aplica enfoques terapéuticos, incluyendo técnicas de manipulación osteopática, para reducir las tensiones o estrés mecánico, equilibrar la información neuronal y reducir o eliminar la conducción nociceptiva.
El modelo estructura-función bio-psico-social.
El modelo bio-psico-social reconoce las diversas reacciones y el estrés psicológico que pueden afectar a la salud y el bienestar de los pacientes. Estos incluyen factores ambientales, socio-económicos, culturales, fisiológicos y psicológicos que pueden influenciar en la enfermedad. Este modelo aplica enfoques terapéuticos, incluyendo técnicas de manipulación osteopática, para hacer frente a los efectos y a las reacciones de los diferentes tipos de estrés bio-psico-social.
El modelo estructura-función bio-energético.
El modelo bio-energético reconoce que el cuerpo trata de mantener un equilibrio entre la de producción, distribución y gasto energético. El mantenimiento de este equilibrio ayuda al cuerpo en su capacidad de adaptación a distintos factores de estrés (inmunológicos, nutricionales, psicológicos, etc.) Este modelo aplica enfoques terapéuticos, incluyendo técnicas de manipulación osteopática, para abordar los factores que tienen potencial para desregular la producción, distribución o gasto energético.